Signos externos de la religión
Son
artículos, cosas que cualquier religión utiliza para demostrar que pertenece a
aquella, ej. : En caso de mí que soy católico, yo tengo un crucifijo, que es
que demuestra que soy católico, otras religiones utilizaran lo mismo pero diferente.
Son
escapularios, velones, imágenes, crucifijos, taus.
La
religión, como cualquier hecho humano aparece a nuestro alrededor expresada en signos
y manifestaciones muy diversas.
Hay
muchas maneras de obtener información sobre la religión. Existen diferentes fuentes
de información, fáciles de buscar y analizar: canciones, libros de Sociales, de
historia y de Literatura, en enciclopedias de arte, nombres de las calles,
pueblos y ciudades…
La
religión también aparece en la música, en el cine, en el teatro, en la televisión,
en las artes plásticas y en la Literatura, y hasta en el nombre de las
personas. Por otra parte, muchas
personas afirman ser religiosas y viven de acuerdo con su religión.
Las artes plásticas:
Es
decir, en la arquitectura, la escultura y en las pinturas, son todavía hoy
testigos de la presencia de lo religioso en la vida cotidiana.
ü A pesar de la espectacularidad de
los edificios modernos, como bancos, oficinas, etc. Las construcciones más
visitadas en la mayoría de los pueblos y ciudades tienen que ver con la religión:
iglesias, monasterios, que siguen llamando la atención a muchos hasta el día de
hoy.
ü Los cuadros y las estatuas que
llenan los museos tienen con frecuencia contenido religioso: escenas de la
Biblia, personajes de la historia de la iglesia, santos, divinidades de la
antigua Grecia o Roma.
ü Y si nos adentramos en otras
culturas y religiones, la presencia de los signos religiosos es todavía más
amplia y diversa.
ü La cruz es un símbolo religioso
importante desde que Jesús de Nazaret murió en ella.
En los nombres de las personas:
Especialmente
en las zonas de más influencias religiosas, a muchas personas se les ponen
nombres de personajes que aparecen en la biblia, santo o santa.
Personas creyente o religiosa:
No
solamente hay signos religiosos externos. Hay también muchas personas que
afirman ser religiosas o creyentes, que viven de acuerdo a su fe y religión.
La experiencia religiosa
Tanto
en ambientes seculares como dentro mismo de la Iglesia. Religión es mala
palabra, vocablo prohibido, retrógrado, de otra época. Con esto, lo religioso
también se devalúa, porque al eliminar un nombre o una manera de nombrar las
cosas, se quieren ocultar esas cosas, o al menos sacarlas de circulación para
que nadie piense en ellas. Si no se dice religión, la religión no existe, y si
no existe, menos problemas para los promotores del ateísmo, de las injusticias,
de los órdenes sociales opresivos, de los post-modernos, los cientificistas y una
larga lista de grupos que se beneficiarían con la desaparición del espíritu
religioso. El problema que estos grupos no visualizan, es que la religión está
en la naturaleza del hombre, e intentar eliminarla es emprender una empresa
imposible. Lo que sí puede lograrse es una tergiversación de lo religioso, que
Max Scheller refleja en una de sus frases: “El hombre o cree en Dios o se
fabrica un ídolo. Este ídolo será la raza, el Estado, una mujer o el dinero;
pero el hombre no puede vivir sin adorar algo”. En Europa, el proceso de
eliminación de lo religioso comenzó antes que en América, pero aquí ya sentimos
las consecuencias, y la globalización hace lo suyo para expandir
vertiginosamente la aberración que los grupos anti-religión sienten, al punto
de elaborar esta pseudo-antropología donde los humanos superiores son aquellos
que no creen en nada, que sólo admiten lo demostrado empíricamente por el
método científico, y los creyentes son los que están por debajo de la cadena
evolutiva, destinados a desaparecer, porque el hombre y la mujer del futuro,
según esta teoría, serán ateos, y eso será el progreso.
Como decíamos, América Latina se ha
ido permeabilizando a este sentir, y si bien las estadísticas muestran el
descenso del porcentaje de creyentes conjunto al aumento de ateos, agnósticos o
indiferentes, basta estar imbuido en el quehacer de una parroquia o Diócesis
para descubrirlo cara a cara. Lo religioso no debe estar, y si está, debe ser
privado, delimitado al cuarto del creyente o al interior de los templos;
cualquier manifestación pública es un atentado al nuevo orden social.
Aparecida, sin responder directamente a esta realidad, dentro de los ejes que
propone reforzar en la Iglesia latinoamericana, figura la experiencia
religiosa. Heroicamente, arriesgándose a una expresión que podría considerarse
caduca, el Documento afianza lo religioso como elemento a trabajar con mayor
intensidad y preocupación en nuestras comunidades, respondiendo así al embate
anti-religión desde la propia identidad cristiana de discípulos misioneros.
Desarrollemos, entonces, el punto 226.a intentando rescatar líneas pastorales
aplicables y concretas.
Bibligrafía:
http://es.catholic.net/laicos/881/3059/articulo.php?id=40953
http://eccechristianus.wordpress.com/2012/01/20/la-experiencia-religiosa-o-modernismo-de-masas-ia-parte/
http://www.vidapastoral.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=88:la-libertad-religiosa-en-el-compromiso-de-la-iglesia-cat%C3%B3lica
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/details/ns_lit_doc_20110112_devozione-fedeli_sp.html
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